Ley de Coulomb
Charles Coulomb estudió las leyes que rigen la atracción y repulsión de dos cargas eléctricas puntuales en reposo (Una carga puntual es la que tiene distribuida un objeto electrizado, cuyo tamaño es pequeño comparado con la distancia que lo separa del otro objeto cargado. En estas condiciones, se puede considerar que toda la carga del objeto se encuentra reunida en su centro). Para ello, en 1977 el ingeniero inventó la balanza de torsión, que cuantificaba la magnitud de la fuerza de atracción o repulsión por medio del retorcimiento de un alambre de plata rígido, colocó una pequeña esfera con carga eléctrica a diversas distancias de otra también cargada, así logró medir la magnitud de la fuerza de atracción o repulsión según la torsión observada en la balanza.
Coulomb observó que, a mayor distancia entre dos objetos cargados eléctricamente, menor es la magnitud de la fuerza de atracción o repulsión. Pero la fuerza no se reduce en igual proporción al incremento de la distancia, sino respecto del cuadrado de la misma. Así, por ejemplo, si entre dos cargas eléctricas separadas por 1 cm hay una fuerza de repulsión con una magnitud de 2 newtons; al aumentar la distancia a 2 cm la magnitud de la fuerza se reducirá no a la mitad, sino a la cuarta parte, por lo cual será de 0.5 newtons. Si la distancia aumentara tres veces, la magnitud de la fuerza se vuelve nueve veces menor; si se cuadruplica, la magnitud de la fuerza se vuelve 16 veces menor, y así sucesivamente.
Finalmente, la ley de Coulomb queda anunciada de la siguiente manera: "La magnitud de la fuerza eléctrica de atracción o repulsión entre dos cargas puntuales q1 y q2, es directamente proporcional al producto de las cargas e inversamente proporcional al cuadrado r que las separa."